Autor: Rene Antonio Mayorga – 1ra Edición 1995, La Paz – Bolivia
Introducción
En varios países de América Latina, actores neopopulistas y antipolíticos han logrado apreciables avances que han provocado amenazas de distinta magnitud contra las perspectivas institucionales de la democracia representativa. Estos actores han surgido en un contexto de sistemas democráticos inestables, caracterizados por organizaciones estatales y sistemas partidarios en proceso de deslegitimación y descomposición ¿Cuáles son las tendencias y los problemas políticos que ha generado la antipolítica, en cuanto política de outsiders, aparentemente en proceso de franca expansión? ¿Se perfila la antipolitica como, una alternativa momentánea o duradera frente a los problemas que las democracias representativas enfrentan?
Y si es una tendencia permanente, ¿hacia qué modelo o tipo de democracia apunta la antipolítica? En este análisis no me propongo abordar estas cuestiones en su complejo entramado.
Mi propósito es más limitado y modesto, pues trato de discutir desde una perspectiva comparativa, las orientaciones que la antipolítica ha adoptado, sus orígenes y ciertos resultados a los que ha dado lugar en tres casos distintos de política neopopulista -inscritos en la tendencia de la antipolítica- que emergieron en contextos singulares de democratización en un continente que arrastra una larga tradición populista.