Si los mercados eran óptimos en 1776, ¿de dónde vino entonces el problema de superpoblación de 1987? ¿Pueden la teoría de la dependencia y la teoría del paradigma troyano dorado explicar esto?
Por Lucio Muñoz: Investigador/Consultor comparativo cualitativo independiente, Vancouver, BC, Canadá Correo: munoz@interchange.ubc.ca
Resúmen:
Adam Smith nos dio en 1776 un paradigma óptimo de mercado perfecto que se suponía mantendría impactos óptimos sobre la dinámica de la población y la estabilidad del sistema, pero en 1987 el mundo enfrentaba un problema de superpoblación y un problema de contaminación. En otras palabras, los paradigmas tradicionales del mercado resultaron ser un paradigma troyano de oro, ya que permiten que problemas críticos se desarrollen a lo largo del tiempo mientras se esperan resultados óptimos, y esta distorsión se amplifica y se vuelve extrema por los supuestos de independencia de la dinámica del mercado y la dinámica de la población, que sostiene que no se afectan entre sí cuando afectan la estabilidad del sistema. Parece que sabemos de dónde vino el problema de la contaminación desde el punto de vista del supuesto de independencia de la dinámica del mercado y de la dinámica de la población, pero no de dónde vino el problema de la población. Y esto plantea preguntas como: Si los mercados eran óptimos en 1776, ¿de dónde vino entonces el problema de superpoblación de 1987? ¿Pueden la teoría de la dependencia y la teoría del paradigma troyano dorado explicar esto? Uno de los objetivos de este artículo es proporcionar respuestas a esas preguntas.