En el día internacional del Agua, se propicia a reflexionar sobre este elemento del ambiente esencial. El agua permite la vida, forma parte de uno de los ciclos más importantes que atraviesa el planeta y forma parte de nosotros. Nuestro cuerpo está compuesto en un 60% de agua y nuestro cerebro es 70% de agua.
Como recurso natural permite estructurar las actividades económicas y se configura como receptor de todos los efectos ambientales que modifican su calidad y cantidad.
Forma parte de diversos instrumentos de planificación ambiental del orden global, regional y nacional. Así lo refleja también su presencia en Agenda 2030. Siempre ha sido consensuado el avance en su mejora entre todos los actores, pero no se ha traducido en impactos positivos.
Al 2023, compartimos algunos datos del estado de situación:
- 1,4 millones de personas mueren anualmente y 74 millones verán acortada su vida a causa de enfermedades relacionadas con el agua, el saneamiento y una higiene deficientes.
- A día de hoy, 1 de cada 4 personas (2000 millones de personas) en todo el mundo carecen de agua potable segura.
- Casi la mitad de la población mundial (3600 millones de personas) carece de un saneamiento seguro.
- A nivel mundial, el 44% de las aguas residuales domésticas no se tratan de forma segura.
- Se prevé que la demanda mundial de agua (en extracciones de agua) aumente en un 55 % para 2050. (ONU, en línea)
ONU propone para ese año la Campaña global «Sé el cambio» que alienta a las personas a tomar medidas en sus propias vidas para cambiar la forma en que usan, consumen y gestionan el agua.
Sumándonos a esta campaña, compartimos el siguiente material que resumen Buenas Practicas Ambientales de la Organización Panamericana de la Salud disponible aquí: https://www1.paho.org/per/images/stories/pyp/per37/23.pdf
Fuentes consultadas:
- ONU. Acelerar el cambio. Disponible en: https://www.un.org/es/observances/water-day
*Texto elaborado por Lorena G. Coria para proyecto del Observatorio Ambiental del CEBEM REDESMA