La calidad educativa es el gran reto de las naciones. De ello depende que se inserten en la revolución tecnológica y la economía del conocimiento. Este desafío es aún más decisivo para las economías dependientes de materias primas y con altos índices de atraso, pobreza y desigualdad y urgidas como están de transformarse, diversificarse y modernizarse, lo cual no es posible sin la cualificación de su capital humano.
Desgraciadamente, en Bolivia la superación del rezago educativo no es una cuestión prioritaria en la agenda política. Tal vez sea porque aún no terminamos de entender que allí está el verdadero lastre para nuestro desarrollo. Entretanto, la indolencia frente a los retos de la calidad y la evaluación educativa tiene enormes consecuencias.
En realidad la sociedad boliviana, con pocas excepciones, desconoce la importancia de las evaluaciones internacionales en educación, quizás porque no se problematiza por la cuestión de calidad educativa o lo hace muy poco. Nuestros maestros son reacios a evaluar su propio desempeño. Pero tampoco los padres de familia exigen información sobre la calidad de las escuelas. Los organismos públicos no generan indicadores de calidad ni proveen información de la gestión educativa. Las universidades resisten muchas veces someterse a evaluaciones y acreditaciones externas. En la sociedad civil no son muchos los interesados en promover el debate público sobre la calidad educativa. El drama de este aislamiento educativo es todavía mayor porque ni siquiera somos capaces de operar nuestros propios sistemas de evaluación, debidamente institucionalizados, eficaces, sostenibles en el tiempo.
Así pues, nuestro sistema educativo está desprovisto de información sistematizada, consistente y fiable. Las estadísticas e indicadores son parciales, desactualizados y a menudo de difícil acceso. Ahí mismo comienzan las dificultades para mejorar la calidad educativa. En tanto no se cuenta con indicadores y estándares de calidad, debidamente validados, simplemente no se puede evaluar la calidad de los programas de enseñanza. Si los estudiantes no participan de mediciones internacionales, tampoco hay forma de conocer el nivel de nuestra educación y la distancia o su cercanía con respecto a otras naciones. En un plano más general, carecemos de una valoración seria, integral, completa, del estado de la educación boliviana.
Por otra parte, es evidente que la cuestión de la calidad de la educación conlleva el desafío crucial de la innovación educativa. Se sabe que las innovaciones educativas son esenciales para anticipar respuestas a las cuestiones emergentes y ofrecer nuevas soluciones a los problemas pendientes. Transitar hacia una educación de calidad -y medida por sus resultados concretos-, supone, en consecuencia, generar y promover innovaciones en los programas, metodologías y estrategias educativas así como en las propias organizaciones y centros de formación.
De ahí también la importancia de fomentar y cultivar un espíritu creativo e innovador en los docentes y estudiantes, en las escuelas, universidades y centros de formación técnica, de forma tal de estimular el desarrollo del talento y la capacidad emprendedora, especialmente de los niños, jóvenes y nuevos profesionales. Este empeño sólo será posible si el sistema educativo nacional introduce las innovaciones pedagógicas, tecnológicas e institucionales que le permitan articular los procesos de formación y con los de generación y aplicación de conocimientos y nuevas destrezas, en estrecho contacto con las empresas y los emprendimientos productivos y económicos.
De lo que no cabe duda es que la sociedad boliviana afronta la necesidad de adelantar un debate público y de gran calado sobre todos estos temas. Y tanto más ahora que Bolivia tiene por delante el compromiso de trabajar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible post 2015, aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas, entre los cuales destaca el de proporcionar una educación de calidad, inclusiva y equitativa y oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida.
Así pues, el seminario Los retos de la educación boliviana: calidad, evaluación e innovación educativa, se orienta a la reflexión crítica y el debate abierto, pluralista y con visión de futuro. Lo que se busca poner sobre el tapete son los cambios necesarios para avanzar hacia una educación de calidad para todos y a la altura de los desafíos del siglo XXI. Cambios educativos que, a su vez, impulsen las transformaciones económicas, sociales, culturales y políticas para que el país crezca, progrese y se afiance como una sociedad democrática, moderna, igualitaria y fuerte.
Se trata, pues, de la oportunidad de crear un espacio adecuado para el intercambio y el debate de ideas, investigaciones, experiencias y prácticas educativas e institucionales, con la participación de especialistas nacionales y extranjeros de reconocida trayectoria, un intercambio que aporte las visiones renovadas que Bolivia requiere en materia de políticas, programas y enfoques educativos, además de propiciar la difusión y el análisis de experiencias educativas novedosas, como es el caso notable del proyecto Innova Bolivia y otros.
El seminario Los retos de la educación boliviana: calidad, evaluación e innovación educativa está concebido para estimular un gran debate nacional sobre el presente y futuro de la educación y con la posibilidad de continuarse y profundizarse a lo largo de los siguientes meses y años, abarcando distintas esferas, tanto en el ámbito gubernamental como de la sociedad civil.
Su realización es posible gracias a la colaboración de varias entidades bolivianas: el Foro por la Educación, una iniciativa ciudadana en pro de la calidad educativa; la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA); la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE), que agrupa un conjunto de organizaciones civiles que promueven la educación de calidad; el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), la Fundación FAUTAPO, que trabaja en educación técnica productiva; el Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios (CEBEM), la Fundación para el Periodismo y el Observatorio La Paz Cómo Vamos, que aglutina a FPP, AOS-PADEM, la Universidad Nuestra Señora de La Paz y la Cámara Nacional de Comercio.
Expositores:
- Alberto Quevedo (Vicerrector de la UMSA)
- Victor Hugo Cárdenas (Ex Vicepresidente de la Republica)
- Ernesto Yañez (Coord. de Proyectos de UNESCO)
- Luis Carlos Jemio (Consultor Internacional)
- Guido de la Zerda (Investigador de la UMSS)
- Francesco Zaratti (Investigador Científico)
- Intered y Socios (Sociedad Civil)
Moderadores:
- Henry Oporto (Coord. Del Foro por la Educación)
- Jose Blanes (Director de CEBEM)
Se llevara a cabo el viernes 15 de abril, a hrs. 8:30 a 12:30 Pm en el Auditorio de la Facultad Ciencias sociales de la UMSA (detrás del Monoblock) La Paz – Bolivia.
El ingreso es LIBRE.