Autor: Carmelo Peralta Rivero, investigador CIPCA
En esta nota se hace un análisis en lo que va del 2019, sobre los impactos socioambientales de las áreas afectadas no solo a causa de los recientes incendios forestales, sino también de su relación con el vigente modelo productivo extractivista que persigue la consolidación de complejos productivos agropecuarios que empiezan a configurarse de momento a costa de la depredación de la Chiquitania, Amazonía y Chaco. Asimismo, se proponen modelos de producción alternativos y sostenibles, implementados y validados por los productores de la agricultura familiar, por su viabilidad productiva y aporte a la economía y seguridad alimentaria de la población de diferentes regiones de Bolivia, pero también porque podría ayudar a la recuperación de sistemas productivos, naturales y humanos del área afectada.
Valoramos la impresionante generación y disponibilidad de información por parte de instituciones bolivianas y extranjeras sobre los incendios, ésta debe de servir para promover medidas de control y prevención. Según informes, los focos de calor en 2019 se incrementaron exponencialmente ocasionando hasta el 27 de agosto un total de 2,1 millones hectáreas de bosques y pastizales quemadas, principalmente en la Chiquitania, Chaco y Amazonía boliviana (SATRIFO-FAN, 2019)de las cuales 954.000 hectáreas fueron incendiadas en tan solo 20 días del mes de agosto en los departamentos de Santa Cruz y el Beni afectando a decenas de comunidades y al menos 5.000 familias.