| Biodiversidad y Cambio climático en los Andes: Importancia  del monitoreo y el trabajo regionalAutor: Francisco Cuesta, María Teresa Becerra 
 ResumenLa biodiversidad es uno de nuestros recursos más vulnerables  en escenarios de cambios ambientales globales. Los ecosistemas de montaña que  albergan esta riqueza natural se revela como vulnerable porque el clima regula  muchos de los procesos y funciones que se desarrollan en ellos. El impacto de  la pérdida de biodiversidad  será mayor  en los sistemas tropicales, donde se encuentra la mayor concentración de  organismos. Para revertir las tasas de pérdida de biodiversidad reportadas, se  requiere lograr una mayor atención a estas regiones, de manera que se logre un  incremento en la inversión, tanto pública como privada, orientada a cubrir  vacíos de conocimiento, fortalecer instituciones y articular políticas públicas  nacionales y regionales con marcos internacionales vinculantes. Este artículo  presenta una propuesta para el desarrollo de sistemas de  monitoreo sobre biodiversidad en los Andes y  los avances que se han impulsado en el marco regional andino como parte de la  implementación de la AAA. La Iniciativa GLORIA ha identificado que la  implementación de sistemas de monitoreo de largo plazo en coordinación con  actores interesados en la generación de conocimiento, es útil en el  entendimiento de una problemática y en la toma de decisiones informadas. El  desarrollo de sistemas de monitoreo que genere bases de datos de larga duración  es una prioridad para la subregión andina, para generar conocimiento que apoye  la construcción de una línea base que permita evaluar los cambios en la  biodiversidad a través del tiempo y, provea insumos para el desarrollo de  acciones de conservación.
 AbstractBiodiversity  is one of our most vulnerable resources in global environmental change  scenarios. Mountain ecosystems harboring this natural wealth are that fragile  because climate regulates many of the processes and functions that take place  in them. The impact of biodiversity loss will be greater in tropical systems,  those with the highest concentration of organisms. To reverse the reported  biodiversity loss rates, greater attention to these regions is required, in  order to achieve an increase in investment, both public and private, designated  to cover knowledge gaps, strengthen institutions and coordinate national and  regional policies with binding international frameworks. This article presents  a proposal for the development of biodiversity monitoring systems in the Andes and the progresses that have been promoted in the  Andean regional framework as part of the implementation of the AAA. The GLORIA  Initiative has identified that the implementation of systems of long-term  monitoring in coordination with stakeholders in the generation of knowledge, is  helpful in the understanding of a problem and in making informed decisions. The  development of monitoring systems that generate long-term databases is a  priority for the Andean region, to generate knowledge that supports the  construction of a baseline to assess changes in biodiversity over time and  provide inputs for the development of conservation actions.
 Palabras clave.– Biodiversidad, páramo, ecosistema,  mitigación, adaptación, perturbación climática, plankton, hábitat, páramo  arbustivo, ecosistemas boreales, conservación, monitoreo, protocolo  metodológico, resiliencia. Keywords.– Biodiversity, paramo ecosystem, mitigation, adaptation, climate disruption,  plankton, habitat, wilderness bush, boreal ecosystems, conservation,  monitoring, methodological protocol, resilience. 
 IntroducciónLa biodiversidad es el eje sobre el cual se desarrollan las  funciones ecosistémicas que permiten y sostienen la vida humana y constituyen  la base sobre la cual proponer un modelo de desarrollo sostenible a largo plazo  (Sala et al. 2005). Ecosistemas funcionales y sanos contribuyen positivamente a  la calidad del aire que respiramos, el agua que consumimos y la posibilidad de  que la tierra sostenga los sistemas de producción como la agricultura,  forestería y las pesquerías. Sin embargo, la biodiversidad es uno de nuestros recursos  más vulnerables en escenarios de cambios ambientales globales; la pérdida de  biodiversidad debido a causas de afección de origen antrópico ha sido mucho más  agresiva en los últimos 50 años que en cualquier otro momento en la historia  humana (Butchart et al. 2010). Los escenarios desarrollados por la Evaluación  de los Ecosistemas del Milenio (EEM) para el 2015 coinciden en que las tasas de  pérdida reportadas sobre la biodiversidad se proyectan en valores similares e  incluso mayores a los registros históricos, especialmente al considerar los  impactos que el calentamiento global genera sobre la biodiversidad [1][3]. En particular, los ecosistemas de montaña junto con los  ecosistemas coralinos y los manglares han sido identificados como ecosistemas  particularmente vulnerables al cambio climático [4]. Esta alta vulnerabilidad  se debe, en gran parte, a que el clima regula muchos de los procesos y  funciones que se desarrollan en ellos [5] y que por lo tanto, los cambios  fisiológicos y ecológicos de los organismos de estas zonas, en respuesta a  modificaciones ambientales, serían más pronunciados que en ecosistemas de  tierras bajas donde las dinámicas y funciones de los sistemas tienen una menor  influencia del clima y responden a otros procesos. El IPCC en su cuarto reporte [4], argumenta que los  escenarios de calentamiento menos severos proyectados para el año 2020 y 2050  son ya inalcanzables; el nivel de emisiones actuales nos enfrenta a escenarios  drásticos. A escalas subcontinentales se proyecta para los Andes un incremento  en la temperatura de 3+/- 1,5   °C para fines del siglo actual [6][7]. El cuarto reporte  también resalta la urgente necesidad de que los países desarrollen estrategias  de adaptación de manera complementaria a programas de reducción de emisiones de  gases de efecto invernadero (GEI) con el propósito de generar acciones a  escalas locales que incrementen la resiliencia de los ecosistemas. Si bien la pérdida de biodiversidad es un fenómeno global,  sus impactos serán mayores en los sistemas tropicales, donde se encuentra la  mayor concentración de organismos. Este patrón largamente reconocido del  incremento de biodiversidad hacia los trópicos, se ejemplifica en los  ecosistemas tropicales, que cubren menos del 2% de la Tierra pero contienen un  poco más del 50% de la biodiversidad del planeta [8][9][10]. En particular preguntas claves en estas regiones tiene que  ver con: (i) identificar las áreas de mayor diversidad, (ii) ¿cómo estos picos  en riqueza de especies se relacionan con centros de radiación, especiación y  endemismo (áreas que contienen una gran cantidad de especies que solo ocurren  en ese lugar y en ningún otro)?, y (iii) ¿cómo estos patrones podrían cambiar  en el tiempo, en particular por los cambios ambientales proyectados? Responder  a estas preguntas es fundamental para promover acciones de conservación  efectivas basadas en conocimiento y entendimiento de los sistemas naturales  tropicales [11]. Por lo tanto, para revertir las tasas de pérdida de  biodiversidad reportadas, se requiere lograr una mayor atención a estas  regiones, de manera que se logre un incremento en la inversión, tanto pública  como privada, orientada a cubrir vacíos de conocimiento, fortalecer  instituciones y articular políticas públicas nacionales y regionales con marcos  internacionales vinculantes como el Convenio de Diversidad Biológica (CBD) y la  Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y del Protocolo de  Kyoto (CMNUCC). En este marco, la CAN acordó en 2002 una Estrategia Regional  de Biodiversidad (ERB) que orienta las acciones regionales sobre conocimiento,  conservación, uso y distribución de los beneficios derivados de la  biodiversidad, destacando como uno de sus principales ejes el desarrollo de  conocimientos científicos, innovaciones y tecnologías para la conservación y  uso sostenible de la biodiversidad, previniendo y minimizando los riesgos en el  ambiente y la salud humana. Aunque la ERB en su momento no contempló acciones  específicas relacionadas con el efecto del cambio climático sobre la  biodiversidad, en el ámbito subregional, la Agenda Ambiental Andina 2006 – 2010  abrió el espacio para abordar los efectos del cambio climático en ecosistemas  estratégicos e incluyo acciones específicas para promover la discusión de  lineamientos científicos para la evaluación de efectos del cambio climático en  los glaciares y páramos. Complementariamente, la recientemente aprobada Agenda  Ambiental Andina 2012 – 2016, dispone un conjunto de líneas de acción  orientadas al fortalecimiento del conocimiento de la biodiversidad y a la  construcción de un Plan de Acción Andino sobre Cambio Climático, como referente  para la coordinación subregional en los temas prioritarios e involucra acciones  particulares para promover la generación e intercambio de información  relacionada con el cambio climático. El interés a nivel subregional en el mejoramiento del  conocimiento sobre los potenciales efectos del cambio climático sobre la  diversidad biológica se fundamenta en la necesidad de generar respuestas y  delinear acciones que permitan modificar la tendencia de pérdida de la  biodiversidad documentada y proyectada, ya sea por los procesos de pérdida  relacionados con la presión de las sociedades humanas sobre nuestros  ecosistemas, o por los cambios globales relacionados con el calentamiento  global. Ante este panorama, la urgencia de documentar y cuantificar  los impactos del cambio climático junto con la necesidad de delinear medidas de  mitigación-adaptación acordes, confronta a tomadores de decisiones con la  realidad incómoda de que el conocimiento de la biodiversidad y los procesos que  la origina y mantiene es aún limitado, asimétrico entre los diferentes tipos de  organismos, es disperso y, en la mayoría de los casos, generado por centros de  investigación que no están al alcance de los tomadores de decisiones y otros  actores interesados, especialmente a escalas locales o sub-nacionales [12]. Adicionalmente, muchos de los conocimientos sobre el cambio  climático provienen de ejercicios de modelamiento desarrollados sobre la base  de datos globales de resolución gruesa y a partir de muchos supuestos  sobre  los procesos y conocimientos de  las dinámicas ecológicas de especies y ecosistemas. Por lo tanto, la mayoría de  estos estudios reportan una alta incertidumbre en sus resultados y recomiendan  en su mayoría el desarrollo de procesos de investigación que contribuyan a  mejorar nuestra base de conocimiento empírico y experimental. La región andina carece de información de línea base y  sistemas de monitoreo que generen información continua y consistente a lo largo  del tiempo. Vivimos en un momento en el que necesidad de tener datos sobre la  biodiversidad y observar sus cambios a través del tiempo es esencial para  orientar las acciones de conservación [13]. Este artículo presenta una  propuesta para el desarrollo de sistemas de   monitoreo sobre biodiversidad en los Andes y los avances que se han  impulsado en el marco regional andino como parte de la implementación de la  AAA. Monitoreo del impacto del cambio climático ecosistemas  andinosLas bases de datos que puedan ser utilizadas para monitorear  biodiversidad y sus cambios a través del tiempo son esenciales. Sin embargo,  las bases de datos de series de tiempos en los Andes son escasas además de que  existe un vacío de conocimiento sobre las dinámicas de cambio y su dirección en  los sistemas naturales, lo que dificulta detectar o aislar la naturaleza de  estos cambios respecto a si son naturales o generados por efectos antrópicos. Por  estas razones la comunidad científica y la cooperación ha renovado su interés  en apoyar procesos de monitoreo que permitan generar series de datos de larga  duración. La importancia de las series de datos de larga duraciónLas bases de series de datos de larga duración datan hace  dos siglos y están íntimamente ligadas al desarrollo de la ecología como ciencia,  la cual tomó forma a partir de la acumulación de datos sobre la distribución y  abundancia de las especies en el espacio y el tiempo. Las motivaciones para la colección de este tipo de datos  obedece a la necesidad de responder preguntas aplicadas para el manejo de la  vida silvestre. Por ejemplo, los experimentos del Park Grass en Rothamsted (sur  de Inglaterra) fueron creados en 1856 para examinar el efecto de los  fertilizantes en la producción de forraje [14]. Sin embargo, el valor de la  información colectada en estos experimentos ha permitido responder preguntas  que varían entre procesos de evolución y adaptaciones a escalas locales a  explorar el vínculo entre la composición de la comunidad y la perturbación  climática. Otro ejemplo es el estudio de registro de plankton, el mismo  que inició en 1925 con el objetivo de mapear la distribución del plankton  oceánico y vincular los resultados con el manejo de las pesquerías [15]. Estos  estudios pioneros evidenciaron la importancia y relevancia de la generación de  datos de series temporales largas y son parte de un numero creciente de  estudios temporales incluyendo la red de investigación de cambio ambiental del  Reino Unido [16], las parcelas experimentales de Wageningen [17] y Cedar Creek  [18], siendo el último parte de los sitios de la Red de Investigaciones  Ecológicas de largo plazo de Estados Unidos (www.lternet.edu), la Red Nacional  de observaciones ecológicas (NEON, www.neoninc.org) y la red internacional para  la investigación ecológica (ILTER www.ilternet.edu) fundada en 1993 con el  propósito de generar investigación ecológica y socioeconómica de largo plazo a  escala de sitio. A escala de los países andinos existen algunas iniciativas  que se han desarrollado durante las últimas décadas en colaboración entre  centros de investigación internacionales y socios nacionales-locales. La red de inventarios forestales de la Amazonía (Rainfor por  sus siglas en inglés, www.rainfor.org) fue creada en el año 2000 para entender  la productividad (biomasa) y las dinámicas de los bosques amazónicos para lo  cual han desarrollado un marco sistemático para monitorizar esta región a largo  plazo. Similarmente, Conservación Internacional desarrolló la red  de Evaluación y Monitoreo de Ecología Tropical (TEAM, www.teamnetwork.org) la  cual se focaliza en monitorear los patrones de largo plazo en la biodiversidad  en bosques tropicales de tierras bajas a través del establecimiento de  estaciones de investigación en los sitios de estudios y la aplicación de  métodos estandarizados de colección de datos. Sin embargo, existe todavía un gran vacío de este tipo de  redes de estudios de largo plazo en los ecosistemas andinos, en particular en  los localizados a mayor altitud. En este contexto a través del trabajo conjunto  de la Secretaría General de la Comunidad Andina (SGCAN) junto con CONDESAN y  varias universidades andinas se creó en el 2008 la Red Andina de monitoreo del  Impacto del Cambio Climático sobre la Biodiversidad de Alta Montaña que tiene  por objeto establecer una red para la observación a largo plazo y el estudio  comparativo de los impactos del cambio climático en la diversidad vegetal de la  alta montaña [19]. Esta red ha apoyado directa o indirectamente la instalación  de 12 sitios de monitoreo (38 cumbres) en los Andes a lo largo de un gradiente  latitudinal, que va desde los 6°N (Parque Nacional Cocuy, Colombia), hasta los  26°S (Cumbres Calchaquíes, Argentina), y a lo largo de un gradiente altitudinal  de 2600 metros.  Los sitios de monitoreo cubren una gran diversidad de hábitats, desde los  páramos arbustivos muy húmedos de la Cordillera Oriental de Colombia, pasando  por los páramos pluviales dominados por herbáceas del Ecuador y el norte y  centro de Perú, a los ecosistemas pluviestacionales de la puna húmeda del sur  de Perú y oriente de Bolivia hasta la puna xerofítica del occidente de Bolivia  y noroccidente de Argentina.  Los datos de las cumbres de monitoreo GLORIA de los Andes  han permitido el establecimento de una linea base de informacion sobre la  composición y estructura de las comunidades de flora junto con una línea base  climática (i.e. temperatura del suelo) que permitirá estudiar las dinámicas de  estas comunidades de la alta montaña y relacionarlas con el cambio climático. No obstante, pese a que los impactos del cambio climático en  los ecosistemas ha revalorizado la importancia y necesidad de series de tiempo  de largo plazo, en la actualidad existen muy pocas series de tiempo que se  extiendan más allá de una década (20), en particular aquellas que incluyen  datos de sitios tropicales. Debido a que los factores determinantes de cambios  en la biodiversidad pueden variar geográficamente, no es posible asumir que las  respuestas a cambios ambientales documentadas en series de larga data de  ecosistemas boreales son universales [11]. En este contexto, llenar este gran vacío es una tarea  fundamental en los países andinos, más aún para la evaluación de efectos de un  fenómeno de largo plazo, como es el cambio climático. El contar con programas y  redes que generen series temporales de larga duración es fundamental para  mejorar nuestra comprensión de los efectos potenciales del cambio climático y  de la variabilidad climática en la biodiversidad. Esta comprensión nos  permitirá orientar mejor la inversión en el desarrollo de acciones que apoyen la  conservación de los ecosistemas andinos. Teniendo en cuenta que es un propósito que la información  generada apoye el desarrollo de acciones de adaptación y manejo del paisaje,  las acciones de investigación priorizadas deben permitir cubrir los vacíos de  conocimiento sobre cómo funcionan los ecosistemas y cómo responderán a los  cambios ambientales. El entendimiento de estos procesos requiere de series de  tiempo con datos confiables que alimenten la construcción de modelos  conceptuales a través del desarrollo de programas de investigación de mediano y  largo plazo bajo una orientación de monitoreo adaptativo que permita  retroalimentar y validar la efectividad de los programas de manejo orientados a  incrementar la resiliencia de los ecosistemas andinos. Elementos de un programa de monitoreoEn este sentido se considera importante destacar que la  ciencia es la base de los programas de monitoreo, por lo tanto cualquier  proceso de este tipo debe permitir el fortalecimiento de los procesos de  generación de conocimiento y asegurar la calidad de la información que se  produce. En este sentido la calidad de la información es fundamental en la  definición de estos programas, teniendo en cuenta que sus resultados además de  aportar a la toma de decisiones, deben basarse en conocimiento válido,  de manera que esta información pueda  integrarse a  los informes globales del  clima, como los Paneles Internacionales de Cambio Climático (IPCC). Los programas exitosos de monitoreo comparten  características importantes en común tales como: (i) Formulación de preguntas  de investigación relevantes previo al inicio del programa de monitoreo; (ii)  Diseño experimental estadísticamente válido, (iii) Desarrollo detallado de  protocolos metodológicos que permiten una buena calidad de colección de datos  en campo y su posterior manejo y almacenamiento de datos, (iv) un buena red  colaborativa de investigadores, manejadores y tomadores de decisión, (v) acceso  a fuentes confiables de financiamiento, y (vii) una buena coordinación y  liderazgo. Finalmente, un programa de monitoreo adaptativo requiere de  incorporar un elemento clave y es el desarrollo permanente de nuevas preguntas  una vez que las iniciales han sido contestadas o la investigación generada  provee de pautas sobre la necesidad de formular nuevas [21] (Figura 1). Los elementos claves de un sistema de monitoreo de este tipo  son: el desarrollo de preguntas clave bien definidas y medibles, basado en un  diseño experimental robusto que permita tener un número adecuado de réplicas  para observar patrones, estar basados en un modelo conceptual de cómo el  ecosistema funciona o cómo los elementos priorizados de un ecosistema  funcionan; y estar orientados hacia la necesidad humana de generar respuestas  de manejo que promuevan el diseño de acciones de adaptación basadas en  información científica. A partir de la experiencia con la Iniciativa GLORIA, se ha  identificado que la implementación de sistemas de monitoreo de largo plazo  requieren el trabajo coordinado de actores interesados en la generación de conocimiento,  en el entendimiento de una problemática y en la toma de decisiones informadas. En  este sentido el desarrollo de redes temáticas de investigación es un elemento  necesario para favorecer el intercambio de información, acercar las comunidades  científicas y fortalecerlas para asegurar la sostenibilidad de los sistemas de  monitoreo en el largo plazo. En este contexto, el desarrollo de programas de estudios  ecológicos de larga duración promovidos por la colaboración entre los estados,  centros de investigación y organizaciones de la sociedad civil podría ser una  alternativa favorable para institucionalizar programas de investigación y  monitoreo en los países andinos. La articulación de redes de investigación con  los programas nacionales ministeriales de cambio climático podría constituirse  en una alternativa factible para delinear acciones concretas de adaptación en  la región y dar apoyo político y sostenibilidad financiera a las acciones de  monitoreo. Por lo tanto, el trabajo conjunto de los actores debe propender por  el fortalecimiento de redes con las siguientes características [21]: 
                           Instituciones capaces de comprometerse al mantenimiento de  estos programas a largo plazo.Fortalecimiento de capacidades a nivel regional a través de  trabajo coordinado con autoridades estatales, universidades y otros actores.Promover las sinergias para la estandarización de  metodologías y el intercambio de información.Generar intercambios novedosos entre disciplinas que pueden  tener resultados creativos.Desarrollo de mecanismos de información que pongan a  disposición en línea la información generada para consulta de tomadores de  decisiones y otros actores. Promover el diseño de procesos sistemáticos para generar  conocimiento y a partir de este reportes que faciliten el trabajo de los  tomadores de decisiones. Acompañamiento con programas experimentales que generen  respuestas concretas en el corto plazo y que permitan proveer de información  para la toma de decisiones.Necesidad de mantener procesos de financiamiento y la  posibilidad de institucionalizar los programas como política pública y  vinculados a los ministerios de ambiente de manera de lograr una sostenibilidad  a largo plazo. Generación de información para identificar áreas vulnerables  y nuevos horizontes de trabajo a escala subregional ConclusionesEl desarrollo de sistemas de monitoreo que genere bases de  datos de larga duración es una prioridad para la subregión andina. Esto  facilitará la generación de conocimiento que apoye la construcción de una línea  base que permita evaluar los cambios en la biodiversidad a través del tiempo y,  provea insumos para el desarrollo de acciones de conservación. El desarrollo de  programas de monitoreo bajo el esquema de manejo adaptativo propuesto tiene el  potencial de mejorar siginificativamente los mecanismos, la calidad y el tipo  de información recopilada, incrementando así la importancia y credibilidad de  este tipo de programas en la comunidad científica, en los gestionadores del  ambiente y en los tomadores de decisión a distintas escalas, lo que permitirá  dar confianza a los cooperantes y financiadores para invertir en programas con  estas características. La conformación de redes ayuda a la cooperación sur-sur,  a la generación de capacidades en los países andinos y estimula la cooperación  y el diálogo de saberes. La generación de esta línea base es una precondición para el  desarrollo de acciones de adaptación y la construcción de sociedades más  resilientes. Sin esta información el diseño e implementación de acciones de  adaptación es limitado con la complicación adicional de que no se puede evaluar  nuestras acciones y su eficacia en responder a los problemas de la pérdida de  biodiversidad (debido a la falta de una línea base). Complementariamente es necesario promover estudios  experimentales en condiciones controladas que enriquezcan y complementen los  estudios empíricos de observación de larga duración y en conjunto provean de  respuestas para la conservación de la biodiversidad más robustas en períodos de  tiempo más cortos.   
 
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